Desde los trágicos terremotos del 11 de Mayo miles de escolares han sido desplazados de sus centros educativos. Tal es el caso de más de una treintena de alumnos pertenecientes a los colegios Pérez de Hita , AlfonsoX y al I.E.S San Juan Bosco. Muchas familias hubieron de alquilar viviendas en la urbanización Torre del Obispo, debido a que las suyas fueron demolidas o quedaron inutilizadas a la espera de ser rehabilitadas. En un principio las autoridades aconsejaron a los padres que mantuviesen a los niños escolarizados en sus centros de origen para evitar el desarraigo de los alumnos.
Tras los primeros meses de incertidumbre los padres han debido de afrontar los gastos de desplazamiento de estos alumnos, con la esperanza de que en un futuro no muy lejano la Consejería de Educación pusiese a su disposición un medio de transporte para los mismos. En la últimas semanas un grupo de madres y padres han mantenido reuniones con cargos de la Consejería de Educación para intentar solventar este problema y no han hallado más respuesta por parte de la administración que la de que no hay dinero para el transporte. Muchos de estas familias se encuentran en condiciones económicas precarias, debido a que muchas de las ayudas de alquiler prometidas no han llegado, con lo cual los gastos se multiplican de forma exagerada y el horizonte que planea sobre ellas no es nada halagüeño.
La Asamblea se hace eco de las dificultades de todos estos padres a la hora de llevar a sus hijos al colegio y exige que de forma inmediata se subsanen estos problemas. Vemos con incredulidad y desasosiego como pasa el tiempo y las quejas y desesperanza aumentan entre la familias lorquinas. Si a esto sumamos el que institutos como el Príncipe de Asturias sigue funcionando con graves problemas de seguridad, sin que hayan sido subsanadas sus deficiencias, o que las obras del Ibáñez Martín han sido paralizadas sin saber muy bien por qué , que todavía no existe proyecto real de reconstrucción del I.E.S. Ros Giner, y la aún pendiente demolición del Ramón Arcas, nos encontramos con un panorama desolador en el ámbito educativo de la ciudad. No podemos condenar a los escolares lorquinos a pasar por estas penurias, abocándoles a un futuro donde sus necesidades básicas se vean mermadas. Los estudiantes lorquinos no son culpables ni de la desgracia natural acaecida ni de la galopante crisis económica que nos asola día a día. Es perentorio que la sociedad lorquina tome conciencia de que está en juego el futuro de una generación que no va a poder luchar y competir en igualdad de condiciones que el resto de jóvenes de la región de Murcia, y por ende de la nación.
Por todo esto la Asamblea insta a las autoridades competentes en materia educativa, es decir, la Consejería de Educación y a su máximo valedor el Consejero Don Constantino Sotoca a que empleen todos los medios y recursos para que los centros educativos lorquinos vuelvan a la normalidad en el menor tiempo posible. No es de recibo que los lorquinos aceptemos con resignación y normalidad cuestiones que son más propias de países tercermundistas.
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